Hoy hemos decubierto la historia de Sadako Sasaki y cómo las grullas se convirtieron en un símbolo de paz en Japón y, ahora, tras esta triste historia, también lo es para nosotros.
Recordamos estas palabras que aparecen bajo la estatua de Sadako en el parque de la paz de Hiroshima porque parece que el mundo no acaba de entender lo importante que es vivir en paz, colaborar y respetarse mutuamente...
"Este es nuestro grito,
esta es nuestra plegaria:
que haya paz en el mundo".